miércoles, 13 de octubre de 2010

20 consejos para olvidar un Amor

Un gran amor está en todas nuestras cosas, en nuestra mente, y lo peor: vive en nuestro corazón. Es muy difícil olvidar un amor, pero podemos dejar de extrañar con el tiempo y lograr hacer cosas que pensábamos que ya no volveríamos a hacer.
Es bonito cuando se viven esos amores maravillosos, pero también muy tormentoso cuando llega la hora de recapitular y volver a comenzar nuestra vida. No podemos arrastrar un pasado toda la vida, hay que salir adelante por nosotras mismas o por nuestras familias.
He  estado leyendo para ustedes y les daré algunos de esos consejos de cosas que pueden hacernos bien si necesitamos olvidar un viejo amor. Unas consejos te servirán más que a otros, pero seguro que estas cosas pueden ayudar a enderezar nuestra vida sin la persona que hemos amado hasta ahora.

20 CONSEJOS PARA OLVIDAR UN AMOR:

¿Cómo olvidarle?
  1. Reconoce que ya no estás en su vida. Debes aceptar que lo vuestro ha terminado y que por el momento las cosas están así.
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  2. Recuerda todo lo malo que cohas vivido a su lado, no le idealices, míralo mo la persona que es se ha portado mal contigo.
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  3. Es más fácil recordar las cosas bonitas, pero tú graba en tu mente las mentiras que te ha dicho y lo verás con otros ojos.
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  4. Haz memoria de lo infiel que ha sido y de lo bajo que ha caído con sus engaños.
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  5. Recuerda lo mal que huele a veces (eso te dará más fuerzas).
    ·20 consejos para olvidar un amor
  6. Nunca se acuerda de tu cumpleaños, ni aniversarios, ¡es un desastre!
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  7. Te llama cuando quiere; y cuando dice que lo hará, no lo hace.
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  8. Él es un problema en tu vida y lo malo hay que sacarlo para que poder seguir adelante.
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  9. Haz una limpieza en tu vida, como cuando limpias los armarios que lo que sirve se queda pero lo demás lo regalas.
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  10. El corazón necesita estar libre y sano, para que puedas recibir cosas buenas que la vida te tiene preparada.
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  11. No veas como tiempo perdido vuestra relación, míralo como experiencias de la vida, no como algo para recordar.
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  12. Se lo mejor para ti y lo demás, sin importar que los demás no lo sean para ti.
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  13. No digas que tienes un problema que no puedes resolver, Dios sabe tu problema y le tienes a Él.
    ·20 consejos para olvidar un amor
  14. Llena tu vida de cosas que te beneficien, ve al gimnasio, al salón de belleza, y ponte guapa (te lo mereces).
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  15. Lee libros que jamás pensaste que leerías, usa las manos para crear cosas, tejer, pintar, etc.
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  16. Llama a tu amiga que habías dejado mucho tiempo, y queda con ella para tomar un café y recordar bellos momentos vuestros.
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  17. Llama a tu madre y di que pasarás por ella para ir a centro comercial y mirar vitrinas.
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  18. Jamás te quedes esperando una llamada (no llamará).
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  19. Llora si lo necesitas, sacúdete las lágrimas y vuelve a comenzar… Las lágrimas están para borrar el dolor.
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  20. Y no evites hablar de él, mientras más dejes fluir tus sentimientos más fácil será. Piensa que es como una película que pasa y pasa hasta alcanzar el final.
¡Ponte guapa, mujer!Pareciera que todos estos consejos fuesen innecesarios, ¿verdad?
Debes intentar hacer algunos cambios en tu vida y verás que poco a poco tu vida cambiará. Lo que antes creías que nunca pudiera suceder, ahora está sucediendo… y ahora estás más guapa, más preocupada de ti.
Y cuando él te vuelva a ver… ¿No te gustaría que te vea como una mujer bella, llena de cualidades? ¡Cuídate para que así sea!

fuente: http://www.todamujeresbella.com

Cómo recuperar a tu pareja después de una separación


Todos conocemos a parejas que se separan después de un tiempo de convivencia y para las cuales no hay marcha atrás. Los motivos de su ruptura a menudo son muy traumáticos o muy dolorosos para alguno de los miembros o para los dos (infidelidades, engaños, discusiones, maltratos) y los resentimientos impiden que es pareja vuelva a reconciliarse a pesar de que en muchos casos sigue existiendo amor y cariño.

Cuando la pareja empieza a funcionar mal por los motivos que sean no cabe duda de que es responsabilidad de los dos el intentar llevarla por buen camino, sin embargo no siempre es así y muy a menudo es uno de los miembros el que hace de víctima y otro el responsable de todo. Ante estos dos roles es difícil llegar a acuerdos.
El víctima se encargará de buscar aliados en su entorno para que sigan inculcando al otro la responsabilidad y el sentimiento de culpa ante la situación que están viviendo. Cuando una persona va de víctima en la ruptura implica que no va a hacer nada para resolver el problema, con lo cual está muy seguro de que no es culpable y de que quien tiene que cambiar es el otro.
Esta actitud no es más que una forma de eludir un problema que depende de dos personas , porque una pareja son dos. Incluso en los casos en los que está muy claro que el otro ha cometido un error grave (infidelidad, por ejemplo) el afectado también posee algo de responsabilidad puesto que nadie busca a un tercero si las cosas funcionan.
Si no funcionan será por algo y ahí si que tendrá algo de responsabilidad. ¿Porqué me mujer me ha sido infiel? ¿Cómo he colaborado en ello? Rara vez nos hacemos esa pregunta y nos refugiamos en el victimismo para no enfrentarnos a un problema.




La perdida Una vez llevado a cabo la ruptura aparece el duelo por la pérdida de un ser querido. Cada persona lo valorará de diferente manera: unos rehacen su vida enseguida y otros mantienen un duelo durante meses, incluso años, sin llegar a solucionar el problema.
Superación de la ruptura En esta fase de superación de la ruptura, aparecen muchos sentimientos conflictivos y contradictorios y es difícil decantarse por una actitud coherente.
A veces nos apetece volver con la pareja y le echamos de menos y otras veces nos da rabia que nos trate mal o nos haya echo lo que sea.
Volver a intentarlo Cuando superamos esta indecisión, hay personas que deciden volver a intentarlo a pesar de los pesares porque creen que les compensa y que realmente su vida es mucho más satisfactoria con su pareja.
Puede que en los momentos malos, seamos tan extremistas que no seamos capaces de valorar los puntos buenos de nuestra relación y nos dejemos llevar por el negativismo, todo es malo y no vemos más allá. Cuando lo hemos perdido y lo vemos desde fuera , a veces nos damos cuenta de que no era tan malo, y de que esas cosas que nos resultaban insoportables o esos cambios que nos demandaban pueden ser viables y no nos suponen tanto costo.
Sobre todo si tenemos una tendencia ansiosa y obsesiva, podemos caer en el error de centralizarnos en una idea negativa y a partir de ella exagerar una situación con la consiguiente ruptura de la relación.




Reconciliarte con tu pareja
Una vez superada la fase de duelo, estas preparada para decidir si tu meta es conseguir volver con tu pareja o seguir adelante sola.
Si decides lo primero , tendrás que prepararte en algunos aspectos que probablemente se hayan visto mermados debido a la separación traumática que viviste. Necesitarás un tiempo de preparación antes de enfrentarte a tu pareja y proponerle un cambio.
En primer lugar, deberás reforzar la seguridad en ti misma, recuerda que puede que hayas sido tu la responsable de la ruptura, o la que te ha tocado asumir ese rol, con lo cual, los acercamientos hacia tu pareja estarán llenos de recriminaciones, acusaciones, críticas, etc.
Estás preparada emocionalmente para ello? ¿Podrás defender tus intereses sin entrar en ese juego de victimismo y acusación? Emocionalmente tienes que estar muy fuerte, para poder transmitirlo a la otra persona y que confíe en ti.
Si tu decidiste romper, el otro no creerá en tu nueva decisión, te acusará de “veleta” y su primer impulso será la negación.

Prepárate para ello 
Necesitas estar preparada para ello, no puedes sufrir un bajón emocional cada vez que tengas un contacto con él. La fórmula será tener preparados algunos truquillos para cuando vayáis a veros:

¿Tienes miedo a estar sola?
Otros de los puntos que debes tener en cuenta son tus necesidades . Tendrás que valorar cual es el motivo que te hace querer volver puede que la necesidad de protección o de cariño te lleve a hacer algo que realmente no tiene razón de ser.
¿Tienes miedo a estar sola? ¿Quieres cubrir un vacío? Si esto es así, recuerda todo lo malo de la relación y comprueba si te merece la pena intentarlo de nuevo solo por miedo. El miedo se supera y podrás aprender a vivir sola. Tu pareja necesitará un tiempo prudencial para que comience a reaccionar. En ese tiempo serás víctima de acusaciones , negativas, momentos buenos y malos. Si estás centrada en tu objetivo global podrás sobrellevarlo mejor.
Repite tu punto de vista una y otra vez
Explícale tu propósito desde un principio pero solo una vez
No te justifiques todo el tiempo, darás muestras de debilidad
Defiende tu postura y ante los ataques elude la conversación, salte por la tangente , habla de otra cosa no le dés juego.
Préstale atención y cariño cuando te trate bien y habléis cordialmente, no lo hagas si te ataca.
Exprésale tus sentimientos en positivo y asume tus errores, se sentirá reconfortado


Dale tiempo
No te focalices en la conversación de ayer que fue tan traumática y acusatoria y valora el progreso que estás realizando en su conjunto. Si te centras en los pequeños detalles tendrás momentos de euforia y de abatimiento. Céntrate en lo general y te mantendrás en un término medio. Tendrás que darle tiempo para que reaccione y es importante que te pongas en su lugar.
Está muy bien defender tus intereses por encima de todo, pero el otro también necesita ser escuchado y valorado, también quiere cubrir sus intereses.
Ten en cuenta que tú tomas la decisión de volver por ti misma y que el otro se encuentra con una decisión que no procede de él. Ponte en su lugar y dale tiempo, no le presiones. Las prisas son malas para todo. Si eres paciente podrás conseguir ser amiga de tu expareja; por supuesto no en los primeros días, cuando estáis más dolidos, pero sí más adelante. Cuando lo hayas conseguido esa amistad puede ser el trampolín para establecer una buena comunicación , hablar de vuestras cosas y poco a poco volver a involucraros el uno con el otro.
Sabes que el resultado no depende solo de ti, así es que necesitarás un tiempo prudencial para cambiar de objetivo si fuera necesario.


Si no lo consigues, cambia de rumbo
Puede ser que tu pareja no tenga tantas ganas de volver contigo, puede ser que su miedo no le deje estar bien a pesar de que os queráis; a veces el amor no es suficiente, puede ser que exista otra persona, etc...
No luches contra viento y marea porque acabarás destrozada emocionalmente y enganchada a una dependencia que no te ayudará a progresar, empieza a reforzar tus puntos fuertes y tu autoestima para poder proponerte un cambio de rumbo.
No puedes estar eternamente enganchada a una persona y a una situación complicada. Date un periodo de tiempo prudencial y si no consigues logros poco a poco tal vez estés equivocada y no haya posibilidad de marcha atrás.
Es el momento de cambiar el rumbo y mirar para otro sitio. No siempre lo que tu quieres es viable y hay que aceptarlo y seguir viviendo.
Otras opciones de vida también pueden ser válidas y gratificantes , no te cierres a nada y sé flexible.


Fuente: http://mujer.terra.es/ 

El Aburrimiento se puede Evitar

Necesario modificar actitudes y cambiar algunas pautas externas.....



En las parejas que llevan conviviendo un cierto tiempo cabe la posibilidad de que la rutina de lo diariamente establecido convierta la relación en una inercia carente de sorpresas. Los días pasan sin que nada nuevo suceda. Existe la sensación de que ya está todo dicho, el sexo ha dejado de ser una novedad, los silencios terminan pesando y se cree tener un conocimiento exhaustivo de las reacciones del otro. Sin duda, el aburrimiento amenaza con convertirse en el tercer compañero de viaje.
Pero el aburrimiento se puede evitar. Como emoción negativa, nos lleva a percibir la vida vacía y sin sentido; como actitud personal, conduce al bloqueo mental y paraliza la posibilidad de emprender iniciativas para salir de una situación rutinaria. Aunque hay personas con tendencia a convertir el aburrimiento en un estado de ánimo permanente, por lo general estar aburrido es una sensación esporádica, relacionada con la apatía y la pobreza de vida afectiva y social en un determinado momento. En cualquiera de los casos, el aburrimiento nubla las perspectivas de futuro, reduce las relaciones personales y disminuye el interés por el alrededor. Por ello, deviene fundamental combatirlo. Lo harán con menos ahínco las personas que se han establecido en la rutina y en un estilo de vida ritual que, al menos en apariencia, les proporciona seguridad y les evita riesgos. Esta actitud individual pudiera perjudicar, o beneficiar si así se quiere, a esa persona. Pero cuando se vive en pareja es muy posible que genere conflictos, personales y comunes.

La relación individual con el aburrimiento

El aburrimiento es consecuencia de la motivación, o más bien de su falta. Si la motivación es interior, lo que mueve a la persona procede de su propio interior; si es exterior, los estímulos que nos movilizan proceden de las circunstancias que nos rodean.
Cuando existe motivación interior y exterior el resultado final es positivo y las emociones gratificantes están aseguradas. Es poco probable que el aburrimiento no pase de ser algo esporádico. Si hay motivación interior pero el entorno no favorece, el individuo se mueve a pesar de las circunstancias y con un cierto grado de dificultad, pero su esfuerzo por modificar el ámbito tiene muchas posibilidades de que con ello abandone la apatía. Si hay motivación desde fuera pero falta el dinamismo interno, el individuo se mueve muy a su pesar y el movimiento suele ser de poca calidad y corta duración. El aburrimiento será un condicionante casi innato.
Cuando no existen ni la interior ni la exterior, la persona cae en la abulia, la apatía y la desmotivación. En definitiva, convive con el aburrimiento.

La relación de la pareja con el aburrimiento

Cuando ambas personas de la pareja gozan de dinamismo personal, se puede decir que, aunque las circunstancias repetitivas de la vida en pareja induzcan a la rutina, existe la posibilidad de que a base de comunicación y diálogo auténtico se traten de introducir variables que hagan la convivencia menos pesada.
Si uno de los dos carece de dinamismo interior, se convierte en un peso para la pareja que intentará tirar de la otra persona proporcionando iniciativas nuevas que tendrán poca probabilidad de ser aceptadas. En esa situación pueden surgir la fatiga y el desaliento para emprender la búsqueda de novedades.
En el caso de que ninguno de los dos posea el entusiasmo suficiente, la vida en pareja se convierte por consenso tácito en una coexistencia tolerada que se caracteriza por compartir la satisfacción de las necesidades básicas para seguir viviendo de una manera aparentemente digna, pero evidentemente tediosa. Ocurre muchas veces que, si bien se ha establecido tácitamente el acuerdo de vivir aburridamente juntos el resto de sus vidas, alguno de los dos o los dos buscan fuera la novedad, los estímulos que le devuelvan las ilusiones y las iniciativas. No tiene por qué ser un amante. A veces es el trabajo, otras serán nuevas amistades no compartidas por ambos o la recuperación de viejas aficiones individuales, etc. Es como si se experimentase, y corroborase, que la auténtica vida, al menos la más estimulante, está fuera de la pareja.
Muchas veces, cuando no se soporta más el tedio y sin haberse producido situaciones extremas, la pareja se disuelve.

¿Cómo combatir el aburrimiento en la pareja?

En primer lugar, tiene que haber interés en combatirlo, en que se suavice la rutina y se reestablezca el entusiasmo por la convivencia. Los escépticos suelen ser poco proclives a los intentos por cambiar, bien porque cuando lo han intentado no ha funcionado, bien porque no quieren hacer cambios en su persona con la excusa de que la otra tampoco va a cambiar.
Para evitar el aburrimiento y asegurarse una mejor calidad de la convivencia es necesario:

Modificar las actitudes interiores

  • Es preciso que cada uno de los dos crea firmemente que "a su edad" es posible cambiar.
  • Es necesario que cada cual crea en su propia potencialidad, que muchas veces se desconoce o no se aprecia.
  • Es imprescindible que cada cual crea que la otra persona también es capaz de muchas cosas, aunque hasta el momento no lo haya demostrado.
  • Es vital que cada cual redescubra en su interior cualidades escondidas que seguramente tiene y aún no se han manifestado.
  • Puede ser incluso interesante acudir a ayudas externas profesionales para apoyarse en ese proceso de redescubrir la valía personal.

Alterar algunas circunstancias externas

  • Hay que arriesgarse a que pasen cosas nuevas, probablemente no sujetas a un control total.
  • Dejar que las sorpresas tengan un papel en la vida diaria, por muy pequeñas que sean, satisfacen a quien es objeto y a quien las procura.
  • Establecer nuevos escenarios. Visitar lugares diferentes juntos, aunque sea uno al año.
  • Compartir nuevas relaciones en actos culturales.
  • Cultivar aficiones y distracciones no conocidas.
  • Para todo ello es necesario un cierto grado de valentía, de perder el miedo al ridículo, al control social y aceptar la posibilidad de que algunos de los nuevos intentos sean un fracaso, porque será un fracaso común.
Cuando una pareja se involucra en este tipo de cambios, tanto en la actitud personal como en la modificación de las circunstancias y los hábitos, es imprescindible hablar sobre lo que se está intentando lograr con el fin de valorar el proceso, conocer cómo lo vive cada cual y estimar si es necesario rectificar o introducir otra serie de variables. E igual que se mima el proceso conjunto, ha de mimarse el viraje individual. Para ello, debe existir el consenso de que cada cual tenga una cierta vida propia que procure una convivencia serena. Que dos personas se quieran supone, entre otras muchas cosas, la habilidad para crear espacios que faciliten que la otra persona sea ella misma, que tenga su propio espacio no compartido.

fuente:http://revista.consumer.es